sábado, 30 de julio de 2011

DesDOMINADO

El elefante se atragantó con el domino.

Pasadas las 2 de la madrugada se disponía a jugar la que sería su última partida. Todavía era temprano, ni se lo había planteado cómo sería su muerte. Pasó todo muy rápido. Casi todas la piezas estaban boca arriba. Un auténtico laberinto. Pero la suerte no le acompañó.

Desafortunadamente cogió el doble 3 cuando ya se había cerrado el juego. Ninguna posibilidad de colocar la pieza. Miraba a su contrincante a ver si se giraba un momento y así aprovechar para colocar el doble. Pero elefante Rosa tenía la mirada fija en la mesa. Ni parpadeaba.

La piña colada le estaba subiendo a elefante Rosa y junto con los nervios de la que podía ser su primera victoria, se hizo un lio. Una pieza cayó. Rápidamente, mientras Rosa se acachaba, Blanco cogió el doble y lo metió en su vaso. Se camuflaba bastante bien. Demasiado bien.

La partida siguió y cuando el Blanco estaba a punto de alcanzar la victoria, dio ese fatídico trago. Quién se iba acordar que el doble seguía dentro del vaso.
Se lo bebió. Se lo tragó. Y se ahogó.

Se puso más pálido que su nombre. Su último pensamiento fue lamentarse profundamente haber sido blanco.

Elefante Rosa ni lo vio venir.


martes, 26 de julio de 2011

Aventuras pegajosas

Encontré el caramelito de menta en el fondo del cajón. Sorprendida lo tiré, sabía a chocolate y té! Y el cabrón no se partió, se me resistía. Lo pisé lo más fuerte que pude y aún así se resistió.

Probé con una piedra, después con un martillo, lo intenté con el Minipimer, con la raqueta de tenis. Era invencible.

Me senté a pensar. Me preparé un té de chocolate. Sin azúcar. Estaba caliente. Muy caliente. Se me empañaron las gafas. No veía nada. Me saqué las gafas y miré al caramelito con la mirada más cruel que se puedan imaginar. Me la volvió a jugar, ahora se veía borroso.

Totalmente fuera de control cogí al caramelito lo más fuerte que pude y lo eché dentro la taza.

Inexplicablemente se disolvió.


domingo, 24 de julio de 2011

Foto polarizada

Las arañas que caen por la furgoneta no nos van a estropear nuestro hit. Somos la mete que crea, el sabor de la felicidad, la ternura de la juventud el deseo de soñar que aquello que queremos puede ser una realidad.

Todos reunidos son instantes escondidos. Cosas que suben y bajan, relojes que corren, correas que hablan, zapatos que vuelan, ascensores estropeados. Trenes fugaces que van sobre el río de cristal.

Doscientos fotogramas para olvidar en 1 segundo.


miércoles, 20 de julio de 2011

La casita frágil

Me compré un sombrero de paja. Grande. Con un lazo verde.
Quería salir a la calle con él, pero aquel día no hacía sol. Aún así no desaproveche la oportunidad. Ni una pizca de viento.

Me paseé por la calles de aquella ciudad otoñal. La gente se paraba a mirar mi sombrero. La gente murmuraba sobre él. Ninguna vista podía disimular su atracción.

Me senté en el banco y ante la atenta mirada de toda la muchedumbre empecé a deshacerlo hasta convertirlo en simple paja.

Quién sabe si en otro o quizás en este mismo mundo un pajarito pudo hacer su nido.

lunes, 18 de julio de 2011

Un nuevo proyecto

Imaginen una playa de piedras. Escojan una por favor. Escriban una palabra y tiren la piedra al mar. Supongan que alguien más en otra parte del mundo, o quizás en otro mundo, haya hecho lo mismo. Así que cabe la posibilidad que dos piedras choquen y se creen palabras nuevas.

Inténtenlo.