Encara no t'estimo li va dir en Jan a la Núria.
El vent feia ondejar les estovalles de paper, i les molles queien a poc a poc com si ballessin al compàs d'unes de les millors melodies de Bach.
Aún no te quiero le dijo Jan a Nuria.
El viento hacía ondear el mantel de papel, las migas iban cayendo moderadamente como si estubieran bailando al compás de una de las mejores melodías de Bach,
Y nada podía cambiar, él se había sentado en el sillón, como semanas atrás lo hizo su abuelo horas antes de morir. No sabía por qué Nuria le había convocado en aquel sillón, sencillo y húmedo por la infernal lluvia de aquella supuesta noche de otoño que no acababa de llegar.
El reloj no marcaba la hora, porqué ya nada la podía marcar. El fuerte viento, la lluvia y el temor a quedarse atascado en el barro superaban las expectativas del pajarito azul.
Y entonces fue cuando él iba a explicárselo. Pero el sol se levantó entre él y el sueño de creer que ese sueño hubiera podido ser realidad.